Alojamiento en los silos de Terra Chá

Propuesta de valorización y rehabilitación para alojamiento en los silos de la Colonización de Terra Chá

En proceso

Los Poblados de Colonización de Terra Chá

A mediados de los años 50 el Instituto Nacional de Colonización desarrolló un plan de intervención en la Terra Chá lucense con el objetivo de establecer sistemas de agricultura intensiva que sirviesen de base para la implantación de modernas explotaciones lecheras de carácter industrial. Destacados arquitectos (entre ellos Alejandro de la Sota) e ingenieros agrónomos proyectaron la intervención, realizada en fases sucesivas a lo largo de 15 años, y que supuso una importante transformación del paisaje y del sistema agrícola de la zona.

 

Los humedales existentes fueron desecados para establecer tierras de regadío, se trazaron canales y viales ortogonales organizando el territorio con criterios de optimización agrícola y se crearon nuevos poblados de viviendas aisladas diseminadas en grupos pequeños de hasta cuatro viviendas.

Estos dispersos poblados contaban con servicios comunitarios: centros cívicos, escuela, iglesia, locales comerciales… agrupados en torno a una plaza pública.

 

En lo referente a las viviendas, cada una fue vinculada a su parcela a explotar, por lo que además de los habituales espacios residenciales también poseen otras edificaciones de exclusivo carácter agrícola y ganadero: establos, estercoleros, cobertizos, gallineros, silos…

 

Si bien la implantación no resultó un completo éxito (el desconocimiento de los procesos de la agricultura local, por ejemplo, fue causa de que los silos nunca llegasen a ser utilizados) finalmente se logró el objetivo de modernización y especialización agropecuaria y este sistema productivo pronto se extendería por el resto de la comarca.

La actividad económica en la comarca

Actualmente el sector lechero continúa siendo básico en la economía de las zonas rurales en Galicia.

 

La incidencia directa e indirecta de este sector es enorme en la creación de rentas, empleo, mantenimiento del medio, fijación de la población, y en definitiva sustento del medio rural.

En estos momentos de crisis y cambios en el sector es fundamental tomar la iniciativa y dar pasos para conseguir la viabilidad de las explotaciones lecheras con la diversificación de su actividad.

 

Por otro lado la comarca se enfrenta a una creciente despoblación de lo que nos da buena muestra el actual estado de abandono de muchas de las instalaciones de los antiguos poblados de colonización.

Propuesta de valoración de los silos de la colonización

El objetivo general del proyecto es contribuir a la mejora de la economía de la Terra Chá a través de una actividad económica complementaria y de la puesta en valor de la peculiar arquitectura de la colonización.

 

Consideramos que la diversificación hacia actividades turísticas resulta muy adecuada para las explotaciones de la comarca puesto que cuentan con un significativo potencial: una riqueza natural destacable (los humedales de la Terra Chá, reserva de la biosfera), una actividad primaria importante y un patrimonio arquitectónico singular con los edificios de la colonización.

 

Por eso se propone la rehabilitación de los silos de los poblados, en completo desuso, para crear a partir de ellos una red de alojamientos turísticos singulares y muy diferenciados lo que facilita su promoción. La gestión podrían llevarla a cabo los propios ganaderos de forma sencilla y con costes reducidos.

La iniciativa contempla un turismo innovador basado en el desarrollo sostenible, el conocimiento y el respeto mutuo.

 

Por un lado a través del agroturismo, contacto directo de los visitantes con las actividades agrarias cotidianas y la realidad social de estas explotaciones, produciendo un intercambio de experiencias enriquecedor para ambas partes.

 

Por otro lado a través de la riqueza biológica de la comarca mediante modalidades muy específicas de turismo como puede ser el turismo ornitológico.

La rehabilitación de los silos

Como parte de la propuesta de valorización de los silos de la Terra Chá proponemos una solución arquitectónica para la rehabilitación de los mismos, mediante la que se convierten en refugios con los servicios mínimos para la pernocta, el aseo y la cocina básica.

 

Como valor añadido y aprovechando su inusual altura dentro de las construcciones de la zona, se posibilita utilizarlos como miradores para la observación de aves ya que nos encontramos en un lugar de gran riqueza ornitológica.

 

La puesta en valor de unas construcciones existentes y sin uso trabajan en una dirección de futuro: la reutilización y la rehabilitación.

 

El proyecto desarrolla un programa muy básico, a modo de refugio, uno por silo, que se plantea en tres niveles:

 

En la planta baja se sitúa el acceso, un aseo con ducha y una mesa con banco que rodean el hogar que servirá también como sistema de calefacción en invierno aprovechando el calor emitido por el conducto de salida de humos, que recorre verticalmente todo el edificio. Estos servicios se complementan con un pequeño frigorífico y un fogón eléctrico que no haga necesario encender la cocina de leña en verano o para usos puntuales.

La primeira planta se forma mediante un entramado de madera; es un espacio diáfano donde únicamente existe un armario para guardar las colchonetas, utilizadas para sentarse, dormir… directamente sobre el entablado.

 

La segunda planta, igualmente formada por un entramado de madera y también diáfana, será el mirador que nos permita la observación de fauna y paisaje.

 

Aprovechando unos pequeños voladizos con baranda ya existentes, se generan balcones en el primer nivel, que permiten desde un punto de vista elevado una visión a lo lejos y del entorno.

 

Por último, la losa de hormigón que ata los dos silos nos permite crear un paso cubierto entre ambos que puede permanecer abierto o cerrado y que facilitaría el uso conjunto de los dos silos si interesase en algún momento. Esta solución es opcional y complementaria ya que cada uno de ellos funciona de manera autónoma.

Sostenibilidad

La actividad que se pretende promocionar se basa en el desarrollo sostenible y la puesta en valor del medio natural, por lo que el proceso constructivo de las rehabilitaciones debe incidir en estos mismos principios, evitando la degradación del medio utilizando materias reciclables y con huella mínima de CO2, previniendo graves impactos visuales o ambientales.

 

Los materiales utilizados serán de origen natural o de transformación en el ámbito local. Su producción será de bajo impacto medioambiental, serán fácilmente reutilizables y podrán ser reciclados. Las maderas que se empleen contarán con certificación de garantía de replante.

En lo que respecta a la demanda energética de las edificaciones procuramos que esta sea lo más reducida posible mediante la calidad de la solución arquitectónica, el aprovechamiento de la luz natural y una envolvente térmica mejorada. Por otro lado, proponemos establecer para la energía eléctrica sistemas eficientes, respetuosos con el medio ambiente y con contribuciones significativas de energías renovables (biomasa, paneles termosolares, paneles fotovoltaicos y miniturbinas eólicas)

 

La gestión de las aguas residuales será de interés prioritario, recurriendo a la implantación de un proceso primario de digestión biológica y otro secundario de fitodepuración.

La propuesta se encuentra inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual de la Xunta de Galicia.

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Campus del Agua

Concurso para la edificación de un centro docente y de investigación para la gestión y aprovechamiento de recursos hídricos.

2015

Diseñar el edificio como un árbol y la ciudad como un bosque.

Un edificio puede llegar a ser un regulador climático produciendo más energía de la que necesita. Puede almacenar CO2, puede utilizar materiales reciclados y crear un entorno saludable, seguro y agradable con un impacto positivo para las personas. Puede relacionarse y copiar los ciclos cerrados de los procesos naturales usando el máximo de energías renovables durante el proceso de construcción y a lo largo del uso del edificio. Y todos estos principios es posible recogerlos dentro de un marco de viabilidad económica.

Estos fueron los principios que nos guiaron a la hora de proyectar un edificio para el Campus del Agua y por ello presentamos una propuesta que se fundamentaba en los siguientes aspectos:

-Crear un edificio sano, que ofreciese unas buenas condiciones para la productividad.

-Buscar la adaptación a las condiciones del lugar.

-Aprovechar la energía natural por medio de técnicas bioclimáticas adaptadas a las condiciones del lugar.

-Emplear como elemento principal de la edificación madera de producción local, incluso como sistema estructural, por tratarse de un material natural, renovable, reciclable, que reduce -respecto a otros materiales- los consumos energéticos en el proceso de producción y que finalmente ofrece también la posibilidad de cerrar su ciclo de vida convirtiendo nuestro edificio en una reserva de carbón.

El edificio debía situarse en el Campus Universitario de Ourense, próximo a otros edificios universitarios ya existentes. En una parcela vacía a la margen sur del río Miño con una ligera pendiente que cae hacia el norte.

Se trataba de realizar una completa definición volumétrica, estableciendo una apropiada relación de escala y ordenando el espacio circundante, y al tiempo resolver las conexiones necesarias con los accesos peatonales y rodados que se requerían. Las condiciones del suelo edificable resultaban doblemente restrictivas al converger una normativa municipal vigente con otra en elaboración.

El análisis de datos meteorológicos, la climatología del lugar, el uso previsto del edificio, su orientación y las condiciones del entorno, las ganancias solares, sus horarios y su carga interna nos sirvieron de punto de partida para trazar unas estrategias bioclimáticas para nuestro edificio.

La piel es verde

Se planteó un espacio verde donde el edificio se sumerge. A este espacio verde se incorporan cubiertas y patios, que se entretejen con el desarrollo funcional del edificio, y una envolvente vegetal que sirve de protección a la fachada sur frente a la incidencia directa del sol. Todo esto ofrece una percepción de conjunto donde tienen un especial protagonismo los elementos vegetales: la piel es verde.

La naturaleza se elabora y aparece una segunda piel, de madera; el cerramiento, los paramentos y las carpinterías. En el interior, pavimentos, particiones, escaleras, todo se construye con el material natural que crece desde la tierra y bajo el sol.

El edificio se define volumétricamente mediante dos cuerpos:

Un primer cuerpo que se encaja a media ladera de manera que solo la fachada este queda completamente visible, aunque las entradas de luz natural se producen desde la fachada norte. Se trata de una nave diáfana dedicada exclusivamente a laboratorio de hidráulica debido a sus especiales condiciones de grandes luces y grandes cargas, a la necesidad de dar acceso a camiones y a la contaminación acústica que se puede generar en el interior, que podrían condicionar en exceso y comprometer el funcionamiento de otros usos.

El segundo cuerpo es un paralelepípedo regular, de cuatro plantas sobre rasante y una bajo rasante, que acoge en su interior la sede corporativa, laboratorios científicos y tecnológicos, un centro de supercomputación, aparcamiento y espacios destinados a instalaciones; si bien la zona de laboratorios y la zona corporativa quedan diferenciadas, separadas y unidas por el núcleo de comunicaciones y aseos.

Los laboratorios y las salas de instalaciones se encuentran en la parte este del volumen y se conectan verticalmente a través de patinejos que llegan hasta la cubierta. Esta solución facilita tanto el trazado racional de los sistemas de instalaciones como modificaciones posteriores que se deseen acometer.

En la parte oeste se encuentra la sede corporativa con espacios de coworking, despachos para docentes y dependencias administrativas. Entre los distintos espacios de trabajo proponemos una urdimbre de patios que sirvan para garantizar unas condiciones de calidad espacial en dichos espacios y puedan ser utilizados también como lugares de encuentro, ya que valoramos la importancia de estas informales zonas de reunión.

Los patios introducen la piel verde en despachos y salas de trabajo, en corredores y zonas de descanso; permiten salir al exterior y posibilitan nuevas orientaciones, diferentes a las que ofrecen las fachadas, en los espacios que los rodean. En el caso de las zonas de laboratorios, patios y espacios informales, se entretejen con los corredores, respetando la secuencia de laboratorios, que será la que posibilite agrupamientos y divisiones.

La malla vegetal que envuelve la fachada sur, protege de la incidencia directa del sol y refresca, generando sombras, movimientos de aire y aportando humedad. No son estos espacios, corredores y zonas de descanso, los que precisan de una luz más neutra y uniforme, sino todo lo contrario, y es por esta razón por la que buscamos la orientación norte para los laboratorios, una luz más idónea para el trabajo que se lleva a cabo en estos espacios.

Recursos locales, tecnologías sostenibles

El uso de tecnologías y materiales sostenibles reduce el consumo de energía y como consecuencia los costes energéticos. En este proyecto vimos la oportunidad de cambiar las propuestas tradicionales de acero y hormigón para edificios de cierta envergadura, sustituyéndolas por un sistema de entramados de madera que con diferentes escalas permitía construir desde los sistemas estructurales principales a los acabados, pasando por los sistemas estructurales menores, tabiquería, etc.

Para ello trabajamos con especies procedentes de explotaciones forestales locales y de gestión sostenible, con desarrollo industrial próximo, lo que nos posibilitaría reducir costes de transporte y agilizar los suministros. El Eucalyptus globulus Labill es una especie que cumple con todos estos requerimientos y que permite su utilización en diferentes elementos del edificio: como elemento estructural, cerramiento, pavimento… Unificando materiales, reducimos costes.

El edificio es un sistema donde todos los factores se influyen recíprocamente.

Debemos hablar de ingeniería ambiental para concebir el comportamiento del edificio como un sistema total. Antes de pensar en los equipos de control climático, el proyecto debe hacer uso del conocimiento de cómo aprovechar los materiales y las técnicas para un mejor control de los factores climáticos. Para un edificio tecnológico, como el de esta propuesta, el control simultáneo de los parámetros de temperatura y humedad interiores pueden estar totalmente desfasados con las condiciones ambientales del exterior; es decir, necesitamos que el edificio se comporte de forma neutra con el exterior al mismo tiempo que los sistemas de tratamiento de ambiente interior carecen de inercia en su respuesta. La ingeniería ambiental aplicada nos lleva a recomendar la utilización de sistemas constructivos menos inerciales, de gran aislamiento, combinados con sistemas de climatización de alta eficiencia y de respuesta no inercial.

Por eso propusimos emplear materiales porosos -térmicamente estables y aislantes-, hacer un uso generalizado de la madera -sometida a un buen estacionamiento y desprovista de ácidos-, aislamientos naturales -como el papel reciclado proyectado-, mejorar la transmisividad térmica y el factor solar de vidrios, etc; y evitar otros materiales como pinturas plásticas -que obturan los materiales absorbentes-, hormigón armado y morteros con cemento -son materiales pobres desde un punto de vista térmico y pueden provocar condensaciones-, etc.

Después de un análisis completo del edificio obtenemos que nuestras propuestas de mejora del comportamiento térmico logran una reducción directa del consumo energético superior al 35% respecto al edificio tipo que establece la normativa, sin ocultar ni mermar el valor visual del edificio.

Sostenibilidad

El consumo energético del edificio en términos de energía primaria se estima en  265.991 kWh/año. Respecto a las superficies consideradas, representa un consumo de 98 kWh/m².año y una clasificación energética A.

El sistema BREEAM es un sistema destinado a verificar los aspectos de sostenibilidad ambiental en edificaciones. Comprende las distintas fases de diseño, construcción y uso de los edificios y tiene como objetivos específicos: reducir los impactos generales del urbanismo; reconocer los proyectos y comunidades según sus beneficios ambientales, sociales y económicos; proporcionar una etiqueta creíble para urbanismos enfocada en la sostenibilidad; estimular la demanda y asegurar el desarrollo efectivo de comunidades sostenibles.

En este sentido analizamos los parámetros de nuestro diseño que valora el sistema BREEAM de acuerdo a los siguientes criterios:

Gestión: desarrollamos propuestas de colaboración con el usuario final y realizamos un análisis del coste del ciclo de vida del edificio.

Salud y bienestar: establecimos medidas para el confort visual, potenciamos la utilización de la iluminación natural, diseñamos sistemas para el control de los deslumbramientos, garantizamos la calidad del aire interior y la ausencia de compuestos orgánicos volátiles, establecimos medidas y sistemas para el confort térmico, garantizamos la calidad del agua, analizamos las condiciones acústicas idóneas y proyectamos accesos peatonales seguros al edificio.

Energía: estudiamos la eficiencia energética de nuestra propuesta, planteamos sistemas de monitorización energética, controlamos la eficiencia de los sistemas de iluminación, empleamos tecnologías bajas en carbono o de cero carbono, propusimos equipos y sistemas de laboratorio energéticamente eficientes.

Transporte: analizamos la accesibilidad al transporte público, posibilitamos el empleo de modos de transporte alternativos y priorizamos las rutas y los accesos peatonales.

Consumo de agua: desarrollamos medidas de reducción de la demanda de agua potable, planteamos sistemas de monitorización de consumos y de detección de fugas y propusimos equipos y sistemas de alta eficiencia.

Materiales: estudiamos los impactos del ciclo de vida de los materiales, programamos un aprovisionamiento responsable, priorizamos el uso de materiales reciclados y diseñamos medidas para garantizar la durabilidad de los materiales en las distintas zonas del edificio.

Residuos: destinamos espacios específicos para las diferentes clases de residuos generados en el edificio, sugerimos una gestión optimizada de los residuos de construcción con la implantación de procedimientos para la clasificación, reutilización y reciclaje de los residuos generados.

Uso del suelo y ecología: analizamos la biodiversidad en el emplazamiento propuesto y planteamos una adecuada protección para elementos destacables como árboles y reservas de agua.

Contaminación: estudiamos el impacto de diferentes sistemas y propusimos el empleo de sistemas de alta eficiencia, sugerimos el análisis de las emisiones de óxidos de nitrógeno a través del empleo de la energía primaria distribuida y desarrollamos medidas de control de la contaminación lumínica y sonora.

La calificación BREEAM que alcanzaría nuestra propuesta en base a los anteriores criterios es Excelente.

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