Diseñar el edificio como un árbol y la ciudad como un bosque. Un edificio puede llegar a ser un regulador climático produciendo más energía de la que necesita. Puede almacenar CO2, puede utilizar materiales reciclados y crear un entorno saludable, seguro y agradable con un impacto positivo para las personas. Puede relacionarse y copiar los ciclos cerrados de los procesos naturales usando el máximo de energías renovables durante el proceso de construcción y a lo largo del uso del edificio. Y todos estos principios es posible recogerlos dentro de un marco de viabilidad económica. Estos fueron los principios que nos guiaron a la hora de proyectar un edificio para el Campus del Agua y por ello presentamos una propuesta que se fundamentaba en los siguientes aspectos: -Crear un edificio sano, que ofreciese unas buenas condiciones para la productividad. -Buscar la adaptación a las condiciones del lugar. -Aprovechar la energía natural por medio de técnicas bioclimáticas adaptadas a las condiciones del lugar. -Emplear como elemento principal de la edificación madera de producción local, incluso como sistema estructural, por tratarse de un material natural, renovable, reciclable, que reduce -respecto a otros materiales- los consumos energéticos en el proceso de producción y que finalmente ofrece también la posibilidad de cerrar su ciclo de vida convirtiendo nuestro edificio en una reserva de carbón. El edificio debía situarse en el Campus Universitario de Ourense, próximo a otros edificios universitarios ya existentes. En una parcela vacía a la margen sur del río Miño con una ligera pendiente que cae hacia el norte. Se trataba de realizar una completa definición volumétrica, estableciendo una apropiada relación de escala y ordenando el espacio circundante, y al tiempo resolver las conexiones necesarias con los accesos peatonales y rodados que se requerían. Las condiciones del suelo edificable resultaban doblemente restrictivas al converger una normativa municipal vigente con otra en elaboración. El análisis de datos meteorológicos, la climatología del lugar, el uso previsto del edificio, su orientación y las condiciones del entorno, las ganancias solares, sus horarios y su carga interna nos sirvieron de punto de partida para trazar unas estrategias bioclimáticas para nuestro edificio. La piel es verde Se planteó un espacio verde donde el edificio se sumerge. A este espacio verde se incorporan cubiertas y patios, que se entretejen con el desarrollo funcional del edificio, y una envolvente vegetal que sirve de protección a la fachada sur frente a la incidencia directa del sol. Todo esto ofrece una percepción de conjunto donde tienen un especial protagonismo los elementos vegetales: la piel es verde. La naturaleza se elabora y aparece una segunda piel, de madera; el cerramiento, los paramentos y las carpinterías. En el interior, pavimentos, particiones, escaleras, todo se construye con el material natural que crece desde la tierra y bajo el sol. El edificio se define volumétricamente mediante dos cuerpos: Un primer cuerpo que se encaja a media ladera de manera que solo la fachada este queda completamente visible, aunque las entradas de luz natural se producen desde la fachada norte. Se trata de una nave diáfana dedicada exclusivamente a laboratorio de hidráulica debido a sus especiales condiciones de grandes luces y grandes cargas, a la necesidad de dar acceso a camiones y a la contaminación acústica que se puede generar en el interior, que podrían condicionar en exceso y comprometer el funcionamiento de otros usos. El segundo cuerpo es un paralelepípedo regular, de cuatro plantas sobre rasante y una bajo rasante, que acoge en su interior la sede corporativa, laboratorios científicos y tecnológicos, un centro de supercomputación, aparcamiento y espacios destinados a instalaciones; si bien la zona de laboratorios y la zona corporativa quedan diferenciadas, separadas y unidas por el núcleo de comunicaciones y aseos. Los laboratorios y las salas de instalaciones se encuentran en la parte este del volumen y se conectan verticalmente a través de patinejos que llegan hasta la cubierta. Esta solución facilita tanto el trazado racional de los sistemas de instalaciones como modificaciones posteriores que se deseen acometer. En la parte oeste se encuentra la sede corporativa con espacios de coworking, despachos para docentes y dependencias administrativas. Entre los distintos espacios de trabajo proponemos una urdimbre de patios que sirvan para garantizar unas condiciones de calidad espacial en dichos espacios y puedan ser utilizados también como lugares de encuentro, ya que valoramos la importancia de estas informales zonas de reunión. Los patios introducen la piel verde en despachos y salas de trabajo, en corredores y zonas de descanso; permiten salir al exterior y posibilitan nuevas orientaciones, diferentes a las que ofrecen las fachadas, en los espacios que los rodean. En el caso de las zonas de laboratorios, patios y espacios informales, se entretejen con los corredores, respetando la secuencia de laboratorios, que será la que posibilite agrupamientos y divisiones. La malla vegetal que envuelve la fachada sur, protege de la incidencia directa del sol y refresca, generando sombras, movimientos de aire y aportando humedad. No son estos espacios, corredores y zonas de descanso, los que precisan de una luz más neutra y uniforme, sino todo lo contrario, y es por esta razón por la que buscamos la orientación norte para los laboratorios, una luz más idónea para el trabajo que se lleva a cabo en estos espacios. Recursos locales, tecnologías sostenibles El uso de tecnologías y materiales sostenibles reduce el consumo de energía y como consecuencia los costes energéticos. En este proyecto vimos la oportunidad de cambiar las propuestas tradicionales de acero y hormigón para edificios de cierta envergadura, sustituyéndolas por un sistema de entramados de madera que con diferentes escalas permitía construir desde los sistemas estructurales principales a los acabados, pasando por los sistemas estructurales menores, tabiquería, etc. Para ello trabajamos con especies procedentes de explotaciones forestales locales y de gestión sostenible, con desarrollo industrial próximo, lo que nos posibilitaría reducir costes de transporte y agilizar los suministros. El Eucalyptus globulus Labill es una especie que cumple con todos estos requerimientos y que permite su utilización en diferentes elementos del edificio: como elemento estructural, cerramiento, pavimento… Unificando materiales, reducimos costes. | El edificio es un sistema donde todos los factores se influyen recíprocamente. Debemos hablar de ingeniería ambiental para concebir el comportamiento del edificio como un sistema total. Antes de pensar en los equipos de control climático, el proyecto debe hacer uso del conocimiento de cómo aprovechar los materiales y las técnicas para un mejor control de los factores climáticos. Para un edificio tecnológico, como el de esta propuesta, el control simultáneo de los parámetros de temperatura y humedad interiores pueden estar totalmente desfasados con las condiciones ambientales del exterior; es decir, necesitamos que el edificio se comporte de forma neutra con el exterior al mismo tiempo que los sistemas de tratamiento de ambiente interior carecen de inercia en su respuesta. La ingeniería ambiental aplicada nos lleva a recomendar la utilización de sistemas constructivos menos inerciales, de gran aislamiento, combinados con sistemas de climatización de alta eficiencia y de respuesta no inercial. Por eso propusimos emplear materiales porosos -térmicamente estables y aislantes-, hacer un uso generalizado de la madera -sometida a un buen estacionamiento y desprovista de ácidos-, aislamientos naturales -como el papel reciclado proyectado-, mejorar la transmisividad térmica y el factor solar de vidrios, etc; y evitar otros materiales como pinturas plásticas -que obturan los materiales absorbentes-, hormigón armado y morteros con cemento -son materiales pobres desde un punto de vista térmico y pueden provocar condensaciones-, etc. Después de un análisis completo del edificio obtenemos que nuestras propuestas de mejora del comportamiento térmico logran una reducción directa del consumo energético superior al 35% respecto al edificio tipo que establece la normativa, sin ocultar ni mermar el valor visual del edificio. Sostenibilidad El consumo energético del edificio en términos de energía primaria se estima en 265.991 kWh/año. Respecto a las superficies consideradas, representa un consumo de 98 kWh/m².año y una clasificación energética A. El sistema BREEAM es un sistema destinado a verificar los aspectos de sostenibilidad ambiental en edificaciones. Comprende las distintas fases de diseño, construcción y uso de los edificios y tiene como objetivos específicos: reducir los impactos generales del urbanismo; reconocer los proyectos y comunidades según sus beneficios ambientales, sociales y económicos; proporcionar una etiqueta creíble para urbanismos enfocada en la sostenibilidad; estimular la demanda y asegurar el desarrollo efectivo de comunidades sostenibles. En este sentido analizamos los parámetros de nuestro diseño que valora el sistema BREEAM de acuerdo a los siguientes criterios: Gestión: desarrollamos propuestas de colaboración con el usuario final y realizamos un análisis del coste del ciclo de vida del edificio. Salud y bienestar: establecimos medidas para el confort visual, potenciamos la utilización de la iluminación natural, diseñamos sistemas para el control de los deslumbramientos, garantizamos la calidad del aire interior y la ausencia de compuestos orgánicos volátiles, establecimos medidas y sistemas para el confort térmico, garantizamos la calidad del agua, analizamos las condiciones acústicas idóneas y proyectamos accesos peatonales seguros al edificio. Energía: estudiamos la eficiencia energética de nuestra propuesta, planteamos sistemas de monitorización energética, controlamos la eficiencia de los sistemas de iluminación, empleamos tecnologías bajas en carbono o de cero carbono, propusimos equipos y sistemas de laboratorio energéticamente eficientes. Transporte: analizamos la accesibilidad al transporte público, posibilitamos el empleo de modos de transporte alternativos y priorizamos las rutas y los accesos peatonales. Consumo de agua: desarrollamos medidas de reducción de la demanda de agua potable, planteamos sistemas de monitorización de consumos y de detección de fugas y propusimos equipos y sistemas de alta eficiencia. Materiales: estudiamos los impactos del ciclo de vida de los materiales, programamos un aprovisionamiento responsable, priorizamos el uso de materiales reciclados y diseñamos medidas para garantizar la durabilidad de los materiales en las distintas zonas del edificio. Residuos: destinamos espacios específicos para las diferentes clases de residuos generados en el edificio, sugerimos una gestión optimizada de los residuos de construcción con la implantación de procedimientos para la clasificación, reutilización y reciclaje de los residuos generados. Uso del suelo y ecología: analizamos la biodiversidad en el emplazamiento propuesto y planteamos una adecuada protección para elementos destacables como árboles y reservas de agua. Contaminación: estudiamos el impacto de diferentes sistemas y propusimos el empleo de sistemas de alta eficiencia, sugerimos el análisis de las emisiones de óxidos de nitrógeno a través del empleo de la energía primaria distribuida y desarrollamos medidas de control de la contaminación lumínica y sonora. La calificación BREEAM que alcanzaría nuestra propuesta en base a los anteriores criterios es Excelente. |